12/01/2009

LA MEDITACIÓN ESCRITURAL - Madame Guyón

Hay dos formas de introducirse en la oración: una es mediante la meditación en la Palabra, la otra es mediante la lectura de la Palabra y después meditar en la oración.

Meditar en la Palabra de Dios simplemente significa, tomar una poción de la Escritura y y comenzar el procedimiento siguiente: Leer solo una pequeña sección, y permite que el pasaje sea digerido antes de continuar a otro; saca de él su significado pleno, medítalo trata de relacionarlo con otras escrituras similares, memorízalo, después habiendo examinado el pasaje profundamente continúa a otro y al mismo.

Trata de no leer mas de la mitad de una pagina a la vez. No es la cantidad de Escritura que lees sino la calidad que te producirá el beneficio. Los que son lectores rápidos no sacan mas ventaja de la que una abeja sacaría frotando la superficie de una flor. En vez de penetrar para extraer su polen. La velocidad en la lectura puede ser utilizada para otras materias, pero nunca para la verdad divina.


Para recibir beneficio de la Palabra debes leer como he descrito, estoy segura que al hacer esto, habrás hecho de la meditación en la Palabra de Dios un habito que hará que crezcas como cristiano.
De la comida física no se recibe ningún nutriente hasta que masticas y tragas la comida.

La comida puede ser que sepa bien en tu boca mientras continúas disfrutando de su sabor, pero es al tragarla y digerirla lo que produce el beneficio requerido para el cuerpo. En un acto de amor lleno de respeto y confianza en Dios, traga la bendita comida espiritual que Él te ha dado, te hará llegar a ser un cristiano maduro.
Una palabra de aviso para los principiantes no vaguéis de verdad en verdad, y de tema en tema, la forma correcta es permitir que cada verdad individual sea meditada mientras su sabor dulce permanece fresco. Ciertamente no te atiborrarais la boca con otro mordisco de comida hasta que hubieses tragado el anterior.

La verdad escritural debería ser digerida de la misma manera.
A medida que formas el habito de meditar en la Palabra de Dios se hará más fácil traer al recuerdo otras escrituras de la misma naturaleza, esto mejorará grandemente tu habilidad de traer la Palabra de Dios a realidad en tu vida. El segundo método es aprender a orar la Palabra. Cuando vienes a Dios en oración abre tu Biblia en el lugar donde has estado meditando, recuerda en este punto que tu objetivo principal está centrado en la presencia de Dios; pues tu versículo escritural mantendrá tu mente alejada de irse a otras cosas.

Este método de oración puede utilizarse por aquellos de vosotros que incluso tengáis una pequeña porción de fe, porque hará que tu mente no se distraiga, de esta forma incluso una pequeña cantidad de fe se agrandará en proporción cuando sea vista por sí misma.
¡Oh amado! Dios ha prometido que Él vendría y haría Su tabernáculo con el que hace Su voluntad, como dice Juan 14:23: "...Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos nuestra morada con él." Él ha prometido habitar en nuestro ser mas intimo el Nuevo Lugar Santísimo. San Agustín una vez se culpó a sí mismo por todo el tiempo perdido, tratando de encontrar la voluntad de Dios.

Cuando desde el mismo comienzo él podía haberla encontrado a través de esta forma de orar la Palabra. Cuando tu te has dispuesto en un espíritu apacible, y estás plenamente consciente de la presencia de Dios, cuando las distracciones terrenales no son tus pensamientos principales, cuando tu alma se ha alimentado adecuadamente de la Palabra de Dios, y has escogido por un acto de tu propia voluntad creerla.


Ahora estas preparado para comunicarte con tu Padre Celestial, o tu que deseas un caminar más profundo con Dios, ven entra en Su presencia a través de Su Palabra. Es el deseo de Dios comunicarse contigo para impartirte gracia abundante y permitirte disfrutar de Su presencia.

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