mensaje compartido en el campamento de universitarios y profesionales cristianos, agosto de 2008 Base Bíblica: Jn. 1:14; Heb. 1:3; Ex. 40:34-35; Ap. 21:3 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14 INTRODUCCIÓN: el primer capítulo del evangelio de Juan es el resumen del propósito eterno de Dios para con la humanidad. Solo, en el versículo 14 encontramos la revelación necesaria para comprender que Dios tiene un ardiente deseo de entrar en una profunda relación con nosotros. Ver la Gloria de Dios es un desafío para los cristianos de esta generación, en la que muchas cosas de este mundo opacan el esplendor de la presencia del Señor. Contemplar al Señor sentado en su Gloria es nuestro desafío. I. DIOS DESEA MOSTRAR SU GLORIA. a. El verbo se hizo carne. Jesús, el Unigénito del Padre se identifica con la raza humana. b. Jesús se sometió voluntariamente a las miserias de la condición humanas para condenar al pecado. Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne. Rom 8:3 c. El verbo se hizo carne, es la demostración más importante acerca de las intenciones de Dios para con la humanidad. No es un Dios lejano, es un Dios bondadoso, amoroso y lleno de bendiciones para los que le reciben. II. HABITARÉ ENTRE ELLOS! a. Y Habitó entre nosotros. Literalmente, acampó entre nosotros, hizo su tienda en medio nuestro, dispuesto a ayudarnos en nuestro peregrinar. b. Emanuel, Dios con nosotros c. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Ap. 21:3 d. Debemos ver la historia de las manifestaciones de Dios entre su pueblo: i. Y Moisés levantó el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y colgó la cortina para la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra. Entonces la nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del SEÑOR llenó el tabernáculo. Y Moisés no podía entrar en la tienda de reunión porque la nube estaba sobre ella y la gloria del SEÑOR llenaba el tabernáculo. Ex. 40:33-35 ii. 1 Reyes 8:10-11 Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la casa del SEÑOR y los sacerdotes no pudieron quedarse a ministrar a causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR. e. de la misma manera que el Arca del testimonio, sobre la cual reposaba la presencia de Dios, la shekinah, velaba dicha presencia al mismo tiempo que la revelaba. Así también, Emanuel plantó su tienda en medio nuestro. f. Jesús es el resplandor de la Gloria de Dios, “es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder” Heb. 1:3 g. Dios no se conformaba con haber creado al hombre; desde el comienzo quiso morar con él y tener comunión con él. De esto da testimonio el hecho de que cuando Dios dio las instrucciones para la construcción del tabernáculo dijo lo siguiente: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. Este lugar no es un templo o culto, es el lugar donde la misma presencia de Dios reposaba y descansaba la shekinah de su gloria. III. LA GLORIA, LLENA DE GRACIA Y VERDAD a. La palabra Gloria, del hebreo Kabot, significa literalmente: peso. b. La orden de Jehová al sacerdote Aarón era que salga del Lugar Santísimo cuando la shekinah iba a manifestarse, de otro modo moriría. c. Nuestro cuerpo mortal y pecaminoso, caído de la gloria original, jamás podrá permanecer frente a la majestad de la gloria de Dios. d. 1 Samuel 4:17-22, pero la falta de la presencia de la Gloria, era estar bajo maldición. e. Vimos su gloria: En una oportunidad Dios deliberadamente levantó una punta del velo ante la vista de los hombres. Jesús se transfiguró delante de ellos y vieron su gloria, pero no pudieron soportar lo que vieron por mucho tiempo y tuvieron temor. f. La gloria de Dios se manifestó en Cristo, esa gloria estaba empapada de la gracia y la verdad. Es la invitación para todos los hombres a acercarnos confiadamente ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y gracia para el oportuno socorro. IV. Conclusión: Sea esta nuestra oración; muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz, porque tu voz es dulce y hermoso tu aspecto. Cant. 2:14, o como la oración de Moisés; Te ruego que me muestres tu gloria
8/20/2009
LA GLORIA REVELADA. Una llamado a disfrutar de la presencia de Dios
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