8/20/2009

CAMINO AL TRONO

Mensaje compartido en el campamento de Universitarios y Profesionales Cristianos del Paraguay, Agosto de 2008

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Ef. 1:3

para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, Ef:1-17-20

…y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, Ef. 2:6


I ¿Dónde esta ese lugar celestial, donde estamos sentados con Jesús?

a) El Apóstol Pablo, afirma que es un hecho, una realidad, que el creyente está sentado juntamente con Cristo en los lugares celestiales.

b) No es nada menos que la misma habitación del trono de Dios – el trono de gracia, la morada del Dios Todopoderoso.

c) Es el lugar donde Cristo esta sentado a la diestra del Padre. La escritura nos dice, “Todas las cosas por medio de él fueron hechas,” (Juan 1:3), y “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad” (Colosenses 2:9). En Jesús reside toda sabiduría y paz, todo poder y fuerza, todo lo necesario para vivir una vida victoriosa y fructífera. Y nos da acceso a todas esas riquezas en Cristo.

d) Ya lo tenemos todo, porque tenemos a Cristo, y en él se hallan cada una de las bendiciones espirituales y todo lo relacionado con la vida y la santidad. Eso quiere decir que cuando recibiste a Jesucristo como tu Señor, ya has recibido todo lo que Dios tenía la intención de darle.

e) Pablo nos dice: “Como Cristo fue levantado de los muertos, nosotros fuimos levantados con él por el Padre. Y como Jesús fue llevado al trono de gloria, fuimos llevados con él al mismo lugar glorioso. Porque nosotros estamos en él, también estamos donde él esta. Ese es el privilegio de todo creyente. Significa que estamos sentados con él en el mismo lugar celestial donde él mora.”

II ¿Se refleja en nuestras vidas esta vida entronada?

a) Nos dicen que Cristo mismo nos ha llevado a una posición celestial con él. Pero, si eso es cierto, entonces muchos cristianos están viviendo muy por debajo de las promesas que Dios ha provisto.

b) “Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero. Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,” (1:20-22).

c) No nos cuesta creer que Cristo ya esta en esa posición celestial, sentado con el Padre. Pero no podemos aceptar que nosotros también estamos sentados allí, en el mismo trono.

III. Algo ha ido terriblemente mal hoy en la casa de Dios, un problema que veo como un “corte circuito.” (David Wilkerson)

C.S. Lewis dijo algo similar décadas atrás: “el mayor enemigo para la iglesia es ‘mundanalidad conformista” Tal parece que la iglesia se ha derrumbado, entregándose a los problemas a nuestro alrededor. Sencillamente, ya no estamos enfocados en la victoria de Cristo o en vivir una vida vencedora. Veo un síntoma de esto en la proliferación de consejeros. Gran parte de la iglesia ha intercambiado la habitación del trono por la habitación de consejería. ¿Por qué? Pocos cristianos creen que sea posible vivir la vida celestial en tiempos tan problemáticos. En vez de eso, se apresuran al consejero, llorando, “Tuve un día horrible. Por favor, deme algo que me ayude a pasar el día de mañana.”

Encontramos el mismo enfoque en gran parte de la predica moderna. La mayoría de los sermones hoy enfocan en llenar las necesidades de la gente, en vez de la vida victoriosa que tenemos en Cristo. Predicadores están ofreciendo tres pasos para sobrevivir otro día, un plan para solamente pasarlo. Estos mensajes abandonan totalmente la habitación del trono y la posición celestial que nos fue dada en Cristo.

Así que, ¿por qué no podemos creer a Dios por las mismas bendiciones espirituales hoy? ¿Por qué no confiamos en que él nos contesta antes que llamemos? Si estamos en Cristo –si él esta tanto en nosotros, y a la diestra del Padre -- ¿por qué nuestras vidas no lo reflejan?

IV. Viendo la Gloria de Dios.

a) Necesitamos revelación, para ver al Cristo glorificado “…no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos… Ef. 1:17-18”

b) Esto implica dejar de vivir en las sombras y dirigirnos a la Luz, la realidad de las cosa espirituales

c) Ver la Gloria de Dios, disfrutar de la plenitud de Dios en Cristo Jesús, nuestro hombre nuevo en la Gloria

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